Fenrir es un gran lobo monstruoso de la mitología nórdica. Es hijo del dios Loki, y la giganta Angerboda. Por estas razones, está agrupado en la categoría de criaturas nórdicas.

Apariencia

Ilustración de Fenrir mitología nórdica
Representación de Fenrir por Aleksandr Kipriyanov

Esta criatura se representa como un lobo de gran tamaño. Desde sus inicios como cachorro ya era de esperar que se convertiría en un gigante entre los lobos.

En su adolescencia, Fenrir era tan grande que la saliva que caía de su boca formaba un río. Ya de adulto su tamaño era inmenso, tanto así que sus fauces se extendían desde el suelo hasta el cielo cuando las abría.

Historia de Fenrir

La leyenda cuenta que este lobo tuvo dos cachorros, Sköll y Hati. Sin embargo, otras fuentes apuntan a que estos dos eran simplemente otros nombres del propio Fenrir.

Todas las historias dicen que esta criatura mataría a Odín durante el Ragnarok y luego sería asesinado por el hijo de Odín según las profecías.

Los dioses, que conocían las profecías y el mito de Ragnarok, quisieron asegurarse de que no se cumplirían estos augurios. Además del lobo, existían profecías con la serpiente gigante Jörmundgander y Hel así que los dioses tomaron cartas en el asunto:

  • Jörmundgander fue arrojado al gran océano que rodea Midgard
  • Hel, por su parte, fue llevada a Niflheim donde se convertiría en la diosa del Inframundo
  • Sin embargo, el lobo Fenrir fue criado por los propios dioses aunque lo alejaron del dios Loki. Fue entregado al dios Tyr, dios de la guerra, la ley y la justicia

El trabajo de Tyr era asegurarse de que el lobo estuviera controlado, y se volvieron buenos amigos. Cuando ya se volvió demasiado grande, tuvieron que adoptar nuevas medidas de prevención, así que lo encadenaron.

Encadenamiento

Para probar su fuerza, le ofrecieron los grilletes como un juego para ver cómo respondía. Obviamente, debido a su fuerza, rompió las cadenas de una simple patada. Los dioses siguieron probando cadenas cada vez más y más fuertes, pero el lobo las seguía rompiendo con facilidad.

Así, los dioses contrataron a unos enanos para que construyeran la mejor cadena que pudiera atarlo. Los enanos aceptaron, ya que también era una amenaza para sus tierras. Para realizar su tarea, utilizaron seis ingredientes mágicos: el sonido de las patas de un gato, los tendones de un oso, las raíces de una montaña, la barba de una mujer, el aliento de un pez y la saliva de un pájaro. Con todo esto crearon Gleipnir, una cadena indestructible que parecía tan delicada como la seda.

Todo esto no sería fácil, ya que el lobo ya sabía que lo querían encadenar así que ofreció a los dioses un trato: debían de ponerle la cadena mientras la mano de alguien estaba en su boca. Así, tendría la seguridad de que la cadena era solo un juego y no un truco para atarlo, ya que mordería la mano del que la pusiera en su boca.

Tyr ofreció poner su mano, y el resto de dioses se apresuraron para encadenar a la bestia. Cuando lo encadenaron, Fenrir enfureció y le arrancó la mano a Tyr. Los dioses consiguieron atar la Gleipnir a una roca y le clavaron una espada en las mandíbulas al lobo. Así, lo dejaron atado y abandonado en una isla donde sufriría durante siglos.

Se cumple la profecía

Pero cuando llegó el Ragnarok, se empezó a cumplir la profecía. La gran serpiente Jörmundgander movió la tierra y destruyó la roca que mantenía encadenado al lobo. Así, Fenrir se liberó a sí mismo y aulló con gran fuerza tragando todo lo que se ponía en su camino, incluyendo al dios Odín.

Fuentes