El mito de Idun y las manzanas de oro es una leyenda de la mitología nórdica. Es protagonizada por la diosa de la eterna juventud Idun.

Idun posee unas manzanas de oro que mantienen la eterna juventud de los dioses. Como los dioses nórdicos no son inmortales, estas manzanas son muy preciadas.

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Idun y las manzanas, por James Doyle Penrose

Cualquiera que pudiese visitar Asgard, el lugar donde viven los dioses nórdicos, vería que todos excepto Odín (de un aspecto más mayor) son jóvenes y hermosos. Esto se debe a las mencionadas manzanas de oro.

La historia completa de Idun y las manzanas de oro

Un día de verano, Odín, Loki y Hœnir estaban dando un paseo por Midgard. Cuando empezaron a tener hambre encontraron una manada de bueyes y Loki cazó a uno de ellos mientras Odín y Hœnir encendían un fuego. Después de cocinarla por mucho tiempo se dieron cuenta de que la carne seguía cruda.

Un gran águila se posó en un árbol observando esta situación y les ofreció un trato. Si los dioses dejaban al águila comer primero, el buey se cocinaría.

Los dioses aceptaron y el buey comenzó a cocinarse, pero el águila comenzó a devorar el buey así que Loki se enfadó y lanzó un tronco contra el cuerpo del águila. El águila atrapó el tronco al vuelo y Loki quedó enganchado al otro extremo del mismo. El águila volaba bajo así que Loki fue arrastrado y golpeado contra las rocas y ramas del terreno donde se encontraban. Finalmente el águila lo soltó y le dijo «soy el Gigante Thjasse, y tú no eres el único capaz de cambiar de forma. No te voy a soltar hasta que no me des las manzanas de oro de Idun».

Loki prometió al águila que se las entregaría y a continuación volvió a Asgard para convencer a Idun de viajar a Midgard. El Gigante Thjasse, nuevamente transformado en águila, bajó y se llevó a Idun y sus manzanas doradas a su castillo en las montañas de Jötenheim, la tierra de los Gigantes.

La ausencia de Idun se hizo notar rápidamente en Asgard, sin sus manzanas los dioses y diosas empezaron a envejecer y sus poderes disminuyeron. Odín reunió sus últimas fuerzas y convocó una reunión de dioses. Los dioses decidieron que el culpable fue Loki y le dijeron que encontrase alguna forma de traer de vuelta a Idun y sus manzanas. Si no lo hacía los mismos dioses matarían a Loki.

Loki aceptó y se transformó en un halcón para volar en dirección al castillo de Thjasse. Allí encontró a Idun sola, junto a un fuego. Con sus poderes la convirtió en una nuez y se la llevó en sus garras de halcón de vuelta a Asgard.

Thjasse, al volver a su castillo, se dio cuenta de que Idun ya no estaba y nuevamente alzó el vuelo para perseguir a Loki.

De vuelta en Asgard los dioses pudieron ver cómo el halcón estaba teniendo problemas para huir del águila, así que juntaron un montón de virutas de madera contra el muro de Asgard. Loki e Idun volaron por encima del muro y los dioses le prendieron fuego al montón de virutas. El águila no pudo esquivar las llamas y se desplomó al suelo después de que sus alas fueran destruidas. Una vez en el suelo los dioses rápidamente la mataron.

Loki se quitó el aspecto de halcón y volvió a transformar a la nuez en Idun. Esta se dirigió a los dioses envejecidos y les ofreció de nuevo las manzanas que restaurarían su juventud.

Idun entrega a Loki manzanas de oro mitología nórdica
Idun dando la manzana a Loki, por H. L. M.

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Fuentes